«Pascua de Servicio» en Malagón

La Pascua en Malagón tuvo otro sabor… el servicio ha marcado cada uno de los días… un servicio diferente… distinto… bonito… sencillo… dónde nadie espera mucho y todo lo acoge desde la gratuidad.

Fueron días vividos con los residentes de la “Residencia San Clemencio” de Malagón, con las hermanas de la comunidad y con la gente del pueblo que se acercó a las celebraciones y a las oraciones que hemos podido compartir en la capilla de la residencia.

Fueron días de encuentro con el hermano, la hermana… el vecino del pueblo o el niño que al final  saludaba con un “Hola” en la procesión del resucitado.

Fueron días bonitos de encuentro desde el servicio sencillo pero que ha marcado “la diferencia” en el corazón de quien lo ha vivido.

El encuentro con el rostro, la palabra y la mirada de quien “sorprendido” acoge la novedad de la Pascua, que le es regalada, nos hace tocar la huella de lo “inesperado de Dios”.

La gratitud, de unos y otros, “de quien sirve y es servido”,  es la expresión de un corazón profundamente agradecido por haber podido vivir y celebrar el triduo pascual, la Pascua, desde el servicio, desde este modo “diferente de servir”… desde lo “sencillo”.

El servicio sencillo y diferente en un desayuno, en una celebración, en una oración, en un canto, en un paseo… es la huella de la Pascua, del servicio, de la entrega, del encuentro con el Señor de la VIDA, el Resucitado, que se hizo el encontradizo en este pueblo manchego de Malagón.